Los que usamos gafas sabemos lo importante que es olvidarnos de que las llevamos puestas. Para ello, es de vital importancia que nos queden bien adaptadas. Para conseguirlo, lo primero que tenemos que hacer es elegir una montura que se adecue a nuestro rostro y tamaño de cabeza, orejas y nariz. Y por último, cuando vayamos a nuestra óptica a recogerlas, debemos salir de allí con las gafas bien ajustadas.

¿Qué gafas debemos escoger?

 Con estos sencillos consejos te aseguras de que la elección de tu gafa sea correcta:

  • En gafas de pasta: el puente debe encajar completamente en la nariz. Aunque si es un puente llave si que deberá quedar un pequeño espacio en la parte superior de la nariz.
  • En gafas metálicas: el apoyo de éstas en nuestra nariz se hace con las plaquetas, que deben quedar bien apoyadas en ambos laterales de la nariz.
  • Calibre de la gafa (tamaño): Los rostros redondos necesitarán una montura más ancha que los rostros estrechos. Para asegurar que escoges el tamaño correcto, intenta que entre la varilla y tu rostro no quede un espacio superior al que ocupa un dedo y comprueba que tus ojos se queden centrados en la lente (éstos parecerán más juntos o separados si no están situados en el centro de las lentes).
  • Las patillas: deben tener el largo adecuado para que queden por detrás de nuestras orejas y además, no deben presionar las sienes. Siempre debe quedar un pequeño espacio entre ellas.

 

¿Cómo debemos ajustar las gafas para que no se nos caigan?

Los punto más importantes en los que debemos fijarnos para ajustar gafas son:

- Ajuste de patillas.

- Ajuste del puente de las gafas (ajustar gafas a la nariz).

 

¿Cómo ajustar las patillas de las gafas?:

Si la gafa es de pasta, las patillas se deben calentar previamente antes de aplicar fuerza sobre ellas para modificar la forma. Si la gafa te aprieta en las orejas, las patillas se tendrán que abrir y si la gafa se te cae, habrá que cerrar las patillas para que reposen sobre tus orejas y se sujeten bien.

Si la gafa es metálica también se deben calentar previamente las patillas ya que la mayoría de éstas tienen unos terminales de pasta que las recubren. Así que en frío no es buena idea manipularlas. Se procede igual que con las de pasta.

Este tipo de ajuste siempre se debe de realizar en una óptica, donde disponen de los elementos adecuado para calentar las gafas sin que se deforme ni estropee.

 

¿Cómo ajustar el puente de las gafas?:

Si la gafa es de pasta no es posible modificarlo, por ello es muy importante que te asegures que el puente te queda bien encajado en la nariz cuando elijas la montura.

Si la gafa es metálica, las plaquetas son movibles y se pueden adaptar a los diferentes tamaños de nariz. Si la gafa te queda muy alta, se abren las plaquetas para que la gafa baje y se quede encajada en su sitio. Si la gafa te queda muy baja, las plaquetas se cierran. 

 

Consejos para evitar que se nos desajusten las gafas.

Para evitar tener las gafas desajustadas constantemente te recomendamos:

- No te pongas las gafas encima de la cabeza, las patillas se te van a ir abriendo y cuando te las pongas en su sitio se te caerán.

- Quítate y ponte las gafas con ambas manos. De esta manera nos aseguramos de que las patillas no sufren al quitarlas con una sola mano.

- Sabemos que las gafas llegan a formar parte de nuestro cuerpo, pero… ¡Evita quedarte dormido con ellas puestas!

- Cuando las limpiemos, debemos sujetar la gafa por el mismo aro que estamos limpiando. Así evitaremos ejercer presión sobre el puente y que acabe partiéndose.

- Cuando no las estés usando, guárdalas en su funda.

Todos estos consejos están muy bien para ayudarte a conocer un poco más el funcionamiento de tus gafas pero te aconsejamos que ante cualquier imprevisto acudas a tu óptica de confianza para asegurarte que se hace de manera correcta y no te ocurre ningún incidente inesperado.