¿Cómo ve un miope?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2050 la tasa de personas con alteraciones de la refracción se triplicará en todo el mundo. De hecho, en España más de la mitad de la población de entre 18 y 34 años ha desarrollado diferentes grados de miopía, que es la segunda causa de tratamientos relacionado con la vista con más afectados, solo por detrás de la presbicia.  

Pero, ¿cómo ve un miope? Más allá de las causas de esta cualidad visual, las personas miopes se caracterizan por ver borrosos los objetos lejanos, sin que puedan enfocarlos de forma adecuada, aunque se esfuercen en acomodar el ojo para distinguirlos a media o larga distancia.

¿Cómo ve un miope de lejos?

El principal indicio de miopía es la percepción borrosa continuada de todo aquello que nos rodea, una falta de nitidez que no mejora con el descanso de los ojos. Por eso es tan habitual observar a un miope cómo entrecierra los ojos para así poder ver mejor y enfocar hacia donde quiere. 

La clave para asimilar cómo ve un miope reside en comprender que no percibe objetos borrosos de forma aislada, sino que el entorno que le rodea está, en general, completamente difuminado.

¿Cómo ve un miope de cerca?

Las personas con miopía ven de cerca con total nitidez, su ojo es capaz de percibir los objetos con normalidad. Por lo tanto, lo más habitual es que un miope necesite utilizar gafas graduadas para ver de lejos, pero que pueda leer o mirar objetos cercanos sin necesidad de corrección. 

Eso sí, dependiendo del número de dioptrías, necesitarán acercarse más o menos para no perder detalle del objeto o la persona que está observando, de ahí que no sea extraño que fuerce la visión más de lo habitual.

Un miope eligiendo gafas para ver bien

¿Cómo ve un miope de noche?

La visión nocturna aumenta la percepción borrosa de las personas miopes debido a la falta de luz. No es de extrañar, ya que siempre se reduce la capacidad de ver con detalle cuando es de noche, puesto que disminuye el foco o profundidad de campo para todas las personas. 

Para tratar de mejorar la visión en penumbra, el ojo hace un esfuerzo y dilata la pupila para que acceda más luz al interior. Aun así, la percepción de los objetos es menos clara que durante el día o cuando hay un alto grado de iluminación. 

Los miopes, además, ven agravada una circunstancia que se registra en un importante porcentaje de la población: la miopía nocturna, un fenómeno que se da cuando hay poca iluminación y los objetos se ven con menos claridad. En estas situaciones, se activa de forma automática una acomodación del ojo para intentar visualizar los detalles que no se aprecian. Esto supone que el enfoque apunte a una distancia errónea y que, aunque no se tengan alteraciones refractivas, los objetos se perciban ligeramente borrosos. 

Una vez diagnosticada la miopía, el uso de gafas correctoras permite que la refracción de la luz se produzca de la forma adecuada dentro del ojo y que los miopes perciban su entorno con total normalidad.

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