Prótesis Oculares
Prótesis oculares
Las prótesis oculares se utilizan como reemplazo de un ojo natural después de su pérdida total o parcial. Gracias a su uso, la calidad de vida aumenta notablemente, ya que mejoran tanto la apariencia física como la salud psicológica.
Además de lograr un aspecto prácticamente igual al anterior, las prótesis permiten que la cavidad del ojo mantenga su forma original, que los párpados conserven su movimiento, que la conjuntiva esté protegida de posibles agresiones externas y que las lágrimas vuelvan a fluir por los conductos de forma regular. En definitiva, son una excelente opción para mejorar el bienestar de aquellas personas que han superado la pérdida de un ojo.
¿Qué son las prótesis oculares?
Las prótesis oculares son piezas que se utilizan para sustituir de forma artificial un ojo natural y mantener la simetría facial pudiendo incluso, en algunas ocasiones, moverse al mismo ritmo que lo hace el ojo que aún mantiene todas sus funciones.
Antes de utilizarlas, los protésicos oculares valoran el estado de la cavidad, de los párpados y de las estructuras orbitarias, así como las circunstancias generales que rodean al paciente para determinar cuál es el tipo de ojo artificial más adecuado en cada caso. Este tipo de prótesis se fabrican de forma personalizada, ya que deben adaptarse tanto a las necesidades como a las medidas y características físicas de cada individuo. El objetivo final es lograr que la prótesis sea lo más parecida posible al ojo real.. Mientras que, si quieres graduar tus monturas, no todos los modelos de sol lo permiten.
Tipos de prótesis oculares
Para elegir el tipo de prótesis más adecuado en cada caso se debe tener en cuenta si la cavidad del ojo está completamente vacía o si aún se conserva parte del ojo. Valorar el estado de la musculatura, de los párpados, de la conjuntiva y del orificio en general permite obtener toda la información necesaria para optar por la alternativa óptima en cada caso.
Conformador ocular
Los conformadores son un tipo de prótesis provisionales que se utilizan para que la cavidad del ojo mantenga una forma adecuada y los músculos no pierdan elasticidad mientras se espera a que se fabrique la definitiva. Suelen ser de color blanco o transparentes.
Prótesis oculares simples o dobles
Cuando la cuenca del ojo está completamente vacía, se recomienda optar por una prótesis que la llene por completo. Para lograr un efecto natural, el iris se pinta a mano tomando como modelo el del ojo natural. Las prótesis dobles y las simples se diferencian en su grosor. Dependiendo del espacio disponible en la cavidad, se elegirán unas u otras.
Cascarillas oculares o conchas esclerales
Las cascarillas cosméticas se utilizan sobre la parte del ojo que aún se conserva o sobre el ojo completo cuando está desplazado de su ubicación natural. Son más finas que las anteriores, no suelen alcanzar los cuatro milímetros, y logran aumentar el volumen del ojo y conservar la curvatura natural. Actualmente se opta por las conchas esclerales cuando las lentillas protésicas no se adaptan adecuadamente a la superficie que se conserva del ojo.
Lentillas protésicas
Este tipo de lentillas, también conocidas como epítesis corneales, están fabricadas a medida y pintadas a mano, corrigen aspectos estéticos del ojo mientras que mejoran algunas de sus funcionalidades. Están indicadas en personas con estrabismo, visión doble, pupilas de tamaños diferentes, anomalías en la superficie del ojo o ausencias y fisuras en el iris.
Epítesis ocular
Conocida como epítesis ocular, la epítesis escleral es la prótesis recomendada para casos de ptsis bulbi, es decir, de atrofia o degeneración del globo ocular. Son muy finas y huecas, con una curvatura ligeramente mayor a la habitual que ejerce una presión homogénea sobre el ojo natural para que permanezca centrado y con una apertura adecuada.
Adaptación de prótesis oculares: ¿cómo se hace?
Independientemente del tipo que sean, las prótesis oculares se fabrican a medida para que el resultado sea lo más natural posible. Además de estudiar el estado de la cavidad, de tomar medidas y de reproducir la estética del ojo sano, se toman en cuenta posibles intolerancias para elegir el material más adecuado a cada persona.
Durante el siglo XX el vidrio era el principal material utilizado para fabricar ojos artificiales, pero la llegada de los productos sintéticos hizo que cayera en desuso. En la actualidad, las prótesis se elaboran en polimetilmetacrilato (PMMA) o silicona, componentes muy ligeros, compactos y duraderos con excelentes características estéticas.
Cuando se tienen todos los datos necesarios, se realiza un molde de cera con el que se hacen pruebas y modificaciones hasta que se adapta perfectamente a la cuenca del ojo sin provocar molestias. Finalmente, se pinta con el máximo detalle y se coloca el iris en el centro de la mirada, que varía de persona a persona.
Limpieza de las prótesis oculares
Para mantener una correcta higiene y prolongar al máximo la vida de la prótesis, se deben seguir fielmente las recomendaciones del ocularista. A pesar de que cada caso concreto puede tener sus particularidades, algunas recomendaciones suelen ser comunes:
- no se debe retirar la prótesis todos los días;
- o habitual es limpiarla dos veces al mes, aunque la frecuencia puede aumentar si se tiene catarro u otra enfermedad que provoque una mayor secreción de los ojos;
- una vez retirada, se puede lavar la prótesis con agua, jabón suave, soluciones salinas o líquido especial para lentillas evitando siempre los productos con base alcohólica;
- el agua y las soluciones salinas son también adecuadas para limpiar la cavidad del ojo;
- colocar la prótesis de nuevo en la cuenca ocular una vez que ambas estén completamente secas.