Terapia visual
El sentido de la vista es un pilar fundamental para el desarrollo de nuestras actividades del día a día. Cuidar de la salud ocular y prestar especial atención a la prevención resulta esencial. ¿Por qué? Porque mantener los ojos sanos no solo nos permite ver bien, sino que facilita la realización de muchas de las tareas que realizamos habitualmente casi sin darnos cuenta.
¿Qué es la terapia visual?
La terapia visual es un método que puede utilizarse para prevenir, para rehabilitar o para tratar ciertas dificultades ópticas. Como todos los entrenamientos, debe realizarse de forma constante para conseguir los resultados deseados.
Antes de comenzar con los ejercicios conviene acudir a un optometrista para que, tras una revisión, indique cuáles son los más adecuados en cada caso concreto. Este entrenamiento ayuda a mejorar el rendimiento de las habilidades visuales, la coordinación de los ojos y a corregir la ambliopía o el estrabismo.
La práctica correcta consiste en realizar una rutina que dura aproximadamente 15 minutos todos los días, combinada con una sesión semanal en presencia del optometrista para que valore el progreso y evalúe si es necesario hacer algún cambio en los ejercicios.
¿A quién está dirigido el entrenamiento visual?
Existe la creencia de que la terapia visual está únicamente indicada para los niños, pero, en realidad, es un entrenamiento válido y eficaz también para los adultos.
Terapia visual infantil
En ocasiones, los niños necesitan ejercitar la estructura óculo-muscular para mejorar su visión, ya que esta no solo depende del estado de los ojos y de posibles errores de refracción. La terapia visual infantil, al realizarse a edades tempranas, suele ofrecer excelentes resultados cuando se sigue de forma constante y con la supervisión adecuada.
Existen algunos indicios claros en los que los padres pueden fijarse para saber si sus hijos pueden necesitar terapia visual con ayuda de un óptico:
- lectura lenta y baja comprensión lectora,
- movimiento de la cabeza al leer,
- guiñar los ojos para enfocar de lejos,
- desviación de uno o de los dos ojos,
- acercar demasiado los objetos para ver de cerca.
Terapia visual para adultos
Las alteraciones de la vista pueden manifestarse a cualquier edad y la experiencia nos dice que la terapia visual es también efectiva en adultos. Tras un estudio completo, el terapeuta visual fijará un plan de ejercicios que ayude a mejorar la capacidad de enfoque, a ajustar la convergencia y a ganar precisión en el movimiento de los ojos.
Beneficios de la terapia visual
El entrenamiento visual ofrece grandes beneficios a quienes lo realizan. Esta terapia permite mejorar ciertas habilidades de los ojos y recuperar aquellas que se hayan perdido por el motivo que sea.
Mejora de la coordinación visual
En ocasiones, hay una desviación del ojo que no es evidente, pero que provoca un sobreesfuerzo a la hora de leer. Esta falta de alineación, conocida como foria, afecta a la visión binocular, que es la capacidad que tiene el ojo humano para integrar dos imágenes (una procedente de cada ojo) en una sola para percibir las tres dimensiones.
Al tratarse de una alteración muscular, la terapia permitirá mejorar la movilidad y la coordinación de ambos ojos.
Tratamiento de la ambliopía
El óptico experto en terapia visual debe valorar la magnitud y la frecuencia con las que un ojo se desvía con respecto al otro en los casos de ambliopía o estrabismo para proponer los ejercicios más apropiados.
Los casos de mayor éxito se producen cuando el estrabismo se manifiesta solamente al leer, mientras que los ojos permanecen alineados cuando se mira a larga distancia.
Mejora del rendimiento escolar
Está comprobado que los ejercicios para los ojos mejoran notablemente el rendimiento escolar. Como comentábamos anteriormente, las carencias en comprensión lectora, las dificultades para memorizar textos o la mala ortografía pueden estar causadas por alguna deficiencia en la capacidad visual.
Cuando se realiza terapia visual, se ejercitan los músculos y se potencian las habilidades que mayor desarrollo necesitan. Como resultado, se percibe un claro progreso no solo en los resultados académicos, sino también en la autoestima y en las habilidades deportivas.
Tipos de ejercicios de terapia visual
El entrenamiento visual se divide en dos fases:
- la terapia inicial intensiva, que habitualmente se lleva a cabo una vez a la semana durante el tiempo que estime el optometrista;
- la terapia de mantenimiento, que distancia las sesiones varios meses para hacer un seguimiento de los resultados.
Durante estas consultas con un profesional, se llevan a cabo diferentes ejercicios para incrementar la eficacia visual.
Estiramientos oculares y motilidad
Realizar movimientos circulares hacia ambos lados de forma alterna, siguiendo los gestos que efectúa el terapeuta con un objeto, mejora la motilidad, o capacidad de realizar movimientos complejos y coordinados, y la fijación. Con este fin, también se pueden resolver laberintos utilizando solo los ojos o el ejercicio del reloj, que consiste en elegir los números aleatoriamente a intervalos de unos cinco segundos.
Percepción visual
Para mejorar la atención y la capacidad de concentración se utiliza un ejercicio que consiste en leer un conjunto de palabras que indican colores, pero que están pintadas en uno diferente al que nombran.
Enfoque
Para aumentar la capacidad acomodativa, se pueden colocar dos objetos frente a los ojos: uno cercano, a unos 20 o 30 centímetros, y otro lejano. El reto consiste en cambiar el enfoque de lejos a cerca lo más rápido posible sin perder la nitidez.
Convergencia
La visión cercana requiere una excelente capacidad de convergencia. Para ejercitarla, se puede coger un lapicero, estirar el brazo y acercarlo poco a poco mientras se mira la punta. El objetivo es seguir el objeto sin llegar a ver doble cuando está muy cerca.